Cuando la muerte nos alcance
Guillermo Leal Ceballos
El hombre en forma natural le teme a la muerte; sin embargo a lo largo de la historia ha habido hombres que lograron vencer ese temor, y así, aún a sabiendas de sus consecuencias han luchado por superar algunas discriminaciones, logrando guiar a la humanidad hacia unas relaciones humanas más justas, es decir, sus esfuerzos o sus luchas las han dirigido en pro de establecer una conducta civilizada en la humanidad; donde se respeten los derechos del hombre. Una de esas luchas , se puede constatar en las fotografías tomadas en la época de los años 60 durante las luchas por los derechos civiles de los negros en los Estados Unidos, donde aparecen algunos blancos, acción que da fe del abierto apoyo subscrito por estos hombres a la causa liderada por el reverendo de raza negra Martin Luther King; lo que demuestra que algunos seres humano --- independientemente de su raza, nacionalidad y religión- durante su ciclo de vida se han opuestos tenazmente a algunas formas de gobierno y al trato injusto recibido por algunos de sus conciudadanos o por ellos mismo. Por otro lado, se puede constatar que mayormente estos individuos son intelectuales, pertenecientes en su mayoría a la clase media y alta; circunstancia que les ha permitido tener acceso a la información sobre la conducta del hombre frente a determinados hechos; información que ha sido provista por otros intelectuales; la cual, han podido: descifrar, perfeccionar he enriquecer a lo largo del tiempo. Quizás, éstos intelectuales practicaban la filosofía expresada por el Libertador Simón Bolívar, quien dijo: “Una vida pasiva e inactiva es la imagen de la muerte, es el abandono de la vida; es anticipar la nada antes de que llegue”. Así tenemos que, el hombre intelectual que no acciona para enrumbar a la sociedad de su tiempo por los caminos de una sociedad con justicia y paz; será un ser que morirá tres veces; la primera será una muerte emocional, ya que, conociendo las injusticia de su tiempo; las vivió y no las combatió; una segunda: una muerte física sin honor y finalmente una muerte resaltada por la historia, por su cobardía y no por su gloria.
Ahora bien; el hombre tiene una conducta armoniosa y civilizada a medida que sus necesidades básicas estén satisfechas; una vez que se rompe esa armonía comienzan los conflictos y las guerras. Así, si revisamos la historia universal se observa las invasiones y conquistas de un pueblo contra otro; donde el más fuerte – mejor armado e informado- subyugaba al débil tomando posesión de las pertenecía del derrotado.
Para finalizar; esa época, en la cual se necesitaban grandes ejércitos para defender el territorio acabo; en la actualidad en pocas hectáreas de terreno se pueden ubicar grandes empresas, donde la población civil pueda trabajar y obtener el dinero necesario para sus gastos de alimentación, salud, vivienda y diversión. Por otro lado, nuestra civilización latinoamericana de comienzos del siglo XXI, se encontró con el momento, en el cual, no hay nuevos territorios en el mundo para conquistar, y así, aliviar las necesidades de alimentos y necesidades materiales; es decir, el Latinoamericano civil; no puede buscar otros derroteros en el mundo para existir y desarrollarse; ya que, de cualquier país serán devueltos al ser percibidos como competidores, cuyo fin es quitarles los empleos profesionales y generales a los ciudadanos nacionales.
En conclusión, pienso que los momentos que transcurren actualmente en Venezuela y Latinoamérica son similares a los vividos por los formadores o constructores de la patria, por lo tanto, los civiles no debemos olvidar la proclama de los históricos formadores de la patria:”Patria o Muerte”; aunque para adecuar la proclama a los tiempos que corren, se debe decir: “Patria, o muerte y sus complementos (teocracias, absolutismo, autoritarismo, totalitarismo … etc.); ya que, la proclama tiene dos alternativa: o tienes patria o la muerte.
Pensamientos:
“Del mismo modo que no sería un esclavo, tampoco sería un amo. Esto expresa mi idea de la democracia.
Abraham Lincoln
“Habla para que yo te conozca”
Sócrates
“La única cosa que sé, es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.”
Sócrates
“Yo soy un ciudadano, no de Atenas o Grecia, sino del mundo”
Sócrates
“Es preciso acomodarse a los deseos de los hombres, siempre que sus pretensiones no excedan a los limites que proceden de la justicia.”
Simón Bolívar
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