En el siglo XXI el hombre no conoce su origen y esta siendo engañado por la comunidad religiosa y la comunidad científica; el hombre del siglo XXI debe de dejar de adorar estatuas y muertos como se lo sugirió el filósofo Jesucristo; el hombre esta una sola vez en la comunidad de los seres vivos y le resulta muy complejo reconocer la realidad del presente.
Ahora bien , yo no escribo para los muertos ,sino, para los seres vivos; ya la Historia Universal cuenta como fueron engañadas las civilizaciones pasadas por los gobernantes y los religiosos, esta situación no debe continuar en el siglo XXI; hoy día, adoramos otros dioses y no comprendemos a los filósofos: por otra parte los filósofos de hoy día, se limitan a repetir los pensamientos sin analizarlos debidamente; solo yo hoy día, soy el único ser con vida que analiza la realidad en forma diferente ,por ello, amigo lector necesito que usted persiva su realidad en forma diferente y deje de ser engañado por los políticos, los religiosos y los banqueros de nuestro tiempo.
En el mundo actual ni los gobernantes ni los religiosos permiten que los seres humanos vean una realidad diferente,por ello, es necesario enfrentar la realidad para que nuestros descendiente no vivan en la violencia actual o en la violencia primitiva, cuando se enfrentaban pueblo contra pueblo.
Hoy dia, el enfrentamiento de un pueblo contra otro ha sido superada pero el enfrentamiento entre miembros de un mismo país ha sido alentada por los dirigentes de izquierda y algunos religiosos es por ello, que siempre repito que la humanidad del siglo XXI, debe superar las religiones y las ideologías para vivir en paz.
En Venezuela la mayoría de las muertes no son por causas naturales, estas muertes son debidas a que los venezolanos no hemos superado el pensamiento religioso y las ideologías de izquierda; por otro lado también,el hombre del siglo XXI es mas esclavo que el hombre del siglo XIX; el esclavo del siglo XIX tenia casa y comida;los jovenes del siglo XXI no tienen empleo para ganarse la comida y obtener una casa; tampoco tendrán pensión porque en su juventud no consiguieron un empleo formal.
En conclusión los jovenes del siglo XXI deben guiarse por el cerebro y no por las emociones como lo ha hecho la especie humana hasta hoy, de no hacerlo serán unos viejos engañados por los politicos y los religiosos del presente; quienes tienen mejores armas para enfrentar a los jovenes con un pensamiento diferente.
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